Están los gobiernos locales de Argentina y las aseguradoras preparadas para afrontar los desastres naturales?

Bajo el lema de “ seguros sostenibles ” , un número creciente de empresas se han comprometido a reducir sus propias huellas de carbono, mejorar sus capacidades de suscripción y aumentar la divulgación climática. Sin embargo, el cambio climático aún no está integrado en las decisiones estratégicas del día a día, y la naturaleza a corto plazo (doce meses) de la mayoría de los contratos de seguro aún no consideran los impactos a largo plazo del cambio climático.
Los crecientes niveles de riesgo físico ya están amenazando la asegurabilidad, así como la asequibilidad de la cobertura existente. Los costos de reclamos más altos requerirán una prima más alta, lo que puede poner en peligro la asequibilidad. Cuanto mayor sea el calentamiento climático proyectado, más amplias serán las implicaciones para el sector.
Además, los desastres en sí mismos son altamente impredecibles y difíciles de pronosticar, lo que crea una situación en la que las compañías de seguros sufren de "la incapacidad de evaluar y cuantificar las probabilidades de las pérdidas pronosticadas con suficiente precisión", lo que significa que las aseguradoras a menudo son reacias a asegurar los riesgos de desastres sin un prima muy alta o costo para el cliente.
Específicamente en lo que respecta a las primas de seguros, una cuestión de mayor riesgo climático es la resiliencia del modelo de negocio a largo plazo del sector de seguros y la posible incapacidad para establecer primas lo suficientemente altas para tener en cuenta el riesgo y la pérdida de ingresos.
No obstante, el Senador Nacional Antonio Rodas, Vicepresidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, explicó que próximamente la actividad económica mundial se reequilibrará radicalmente en la transición de la descarbonización. Esto tendrá impactos en las carteras de inversión, particularmente en el contexto de la devaluación de las participaciones en industrias intensivas en carbono, y en nuevas oportunidades de inversión en el crecimiento de tecnologías bajas en carbono a medida que el mundo avance hacia una economía libre de carbono.
Por su parte, Peter Sundheimer, asesor técnico del senador, sentenció que el enfoque para la asignación de fondos para la gestión de desastres debe cambiar: actualmente, el ochenta y ocho por ciento se asigna a la respuesta posterior al evento, y solo el doce por ciento se asigna a la reducción y prevención del riesgo antes del evento. Este proceso no puede ser sostenible en el tiempo y la industria de seguros es un actor poderoso para ayudar a cambiar esta narrativa para la sociedad, no solo como un sector responsable, sino también con miras a asegurar la viabilidad de su propio modelo de negocio.
Finalmente, el equipo de asesores remarcó la necesidad de que las aseguradoras deberían trabajar codo a codo con los gobiernos locales en materia de prevención y reducción del riesgo urbano, ajustando el modelo de negocios por región.