Incendios Forestales: La Argentina deberá pasar de la supresión a la prevención

Gestión del Riesgo 06 de febrero de 2022 Por Peter sundheimer
La naturaleza cambiante del riesgo de incendios forestales exige un cambio en el enfoque de las políticas de gestión del riesgo.
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Incendios Forestales Miles de hectáreas pérdidas

La temperatura, la precipitación, el viento y la humedad atmosférica son los principales impulsores de incendios. Por lo tanto, la influencia del tiempo y el clima, junto con las variaciones en el terreno y el combustible, son claves para comprender la escala de los incendios. Es probable que el cambio climático y las condiciones meteorológicas excepcionales (como olas de calor y sequías) registradas en Argentina en los últimos años tengan un 
impacto considerable en el riesgo de incendios forestales a futuro.

Los incendios forestales pueden tener impactos negativos en la salud humana en una amplia gama de escalas y probablemente contribuyan a impactos en la salud humana en toda la Argentina (local, regional, nacional). La mayoría de las muertes por incendios se deben a la inhalación de gases tóxicos. Las personas directamente afectadas por el fuego, como los civiles que se encuentran en las inmediaciones o los socorristas, pueden sufrir una amplia gama 
de impactos en la salud física y mental relacionados con el calor, el estrés y las emisiones. Las emisiones de los incendios forestales también pueden tener efectos significativos en la calidad del aire transfronterizo y, por lo tanto, tener impactos en la salud a nivel regional y en toda la Argentina.

Los incendios forestales pueden afectar negativamente la salud humana en cuatro niveles diferentes: exposición directa a las llamas y al calor radiante; exposición a materiales o sustancias dispersas por el aire; uso de terrenos 
contaminados por sustancias químicas después de un incendio forestal u otros Impactos geológicos como la exposición al polvo transportado por el aire; ya través de la contaminación del agua. Además, los efectos indirectos (como las enfermedades relacionadas con el estrés) pueden tener un impacto significativo. Estos varían en escala y pueden afectar la salud humana en áreas urbanas más 
grandes y densamente pobladas.

Las emisiones de incendios forestales contienen una mezcla altamente compleja y dinámica de componentes que pueden afectar la salud humana en una variedad de escalas espaciotemporales. Muchos de los componentes emitidos, como el monóxido de carbono, son un riesgo inmediato para la salud de 
quienes se encuentran en las proximidades del fuego. Además, debido a la escala de las emisiones, la posible dispersión de contaminantes a lo largo de miles de kilómetros y los impactos provocados en la atmósfera.

Con la finalidad reducir los riesgos, el gasto en extinción de incendios se incremento. Sin embargo, este enfoque reactivo a menudo es ineficiente e ineficaz para incendios grandes. Esto es especialmente cierto cuando se comparan los costos de la extinción de incendios con los costos de la acción preventiva. La evidencia de 
las tierras del Servicio de Parques Nacionales (Patagonia sur) demuestra que la supresión de incendios cuesta aproximadamente u$D 1,800 por hectárea, mientras que las medidas preventivas, como la quema prescrita, cuestan 
solo u$D 300.  En 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación afirmó que “la prevención de incendios forestales puede ser el programa de mitigación más rentable y eficiente que 
una agencia o comunidad puede implementar” 

En 2018, un estudio basado en el concepto de 'Territorio inteligente contra incendios' argumentó que las políticas contra incendios forestales en las provincias argentinas no se aborda adecuadamente el problema y es poco probable que sean efectivas en el futuro porque se centran predominantemente en la supresión y/o en la preparación para un incendio forestal. Como resultado, y a pesar del aumento del gasto en extinción de incendios, muchas localidades aún enfrentan eventos extremos de incendios  y la prevención de riesgos sigue siendo un problema regional clave. En Argentina, se requiere una estrategia transfronteriza para la gestión del paisaje de incendios forestales para construir sobre los planes y medidas nacionales existentes, y avanzar más allá de un enfoque en la supresión de incendios.

La asignación de recursos debería basarse en el conocimiento del riesgo para desarrollar políticas eficientes contra el riesgo de incendios; estos deben incluir elementos tales como:

•  Obligación legales para los propietarios de viviendas de mantener un área defendible estándar alrededor de sus hogares, lo que hará que las propiedades sean mucho más fáciles de defender y al mismo tiempo protegen los combustibles circundantes de incendios accidentales.

• Mejora de la regulación de incendios prescritos individuales y actividades al aire libre para prevenir incendios accidentales.

• La creación y mantenimiento sistemáticos de caminos y pistas específicas con cortafuegos asociados en áreas propensas a desastres.

Para finalizar es importante que el mercado asegurador junto al Estado generen las exigencias legales para reducir gran parte de estos riesgos, los cuales pueden ser rentables en proyectos a futuro.

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