La invasión de Rusia a Ucrania podría descontrolar la inflación en Argentina

El conflicto ha sacudido los mercados mundiales en los últimos días, causando turbulencias en los mercados bursátiles , elevando los precios del petróleo e inyectando aún más incertidumbre en una economía mundial que ya estaba desequilibrada. También generó preocupaciones de que la inflación, que ya se está disparando, podría subir aún más. En los Estados Unidos, el Índice de Precios al Consumidor, que mide el cambio promedio en los precios que pagan los consumidores por bienes y servicios, aumentó un 7,5 por ciento durante el año pasado en enero. Eso es un máximo de 40 años . La esperanza era que la inflación pronto comenzaría a bajar y que los factores que la impulsaban, como los altos precios de la gasolina y los problemas de la cadena de suministro, finalmente desaparecerían. Ahora, parece que la situación podría ser todo lo contrario.
Rusia es uno de los mayores productores de petróleo y gas del mundo, y cualquier interrupción puede tener un gran impacto en los precios. A principios de febrero, los analistas de JPMorgan proyectaron que las interrupciones en los flujos de petróleo desde Rusia podrían llevar los precios del petróleo a $120 por barril. (En ese contexto, el precio del petróleo estaba en el rango de $ 60 por barril hace un año y comenzó 2020 en $ 70 y $ 80). El petróleo ya superó los $100 por barril, la primera vez que lo hace desde 2014.
“La preocupación es que Rusia frenaría de alguna manera las exportaciones de petróleo si realmente se siente acorralado”, dijo Patrick De Haan, jefe de análisis de petróleo de GasBuddy. Señaló que Rusia retrasó los envíos de gas natural el otoño pasado cuando los alemanes retrasaron la aprobación del gasoducto Nord Stream 2 de Rusia a Europa. "¿Quién sabe? Tal vez Rusia vuelva a hacer eso con el petróleo”, dijo. “Ciertamente es una situación de pesadilla, pero podría suceder”.
Los estadounidenses, que ya se enfrentan a los altos precios de la gasolina y están molestos por el aumento de los costos de calefacción de sus hogares, se encuentran en un camino lleno de baches. Los precios de la gasolina son importantes no solo para las personas que llenan los tanques de sus automóviles, sino también por el envío y el transporte. El conflicto también podría traducirse en altos precios del diesel y combustible para aviones. “La máquina de inflación simplemente no va a disminuir la velocidad”, dijo De Haan.
Yendo al caso concreto de la Argentina, nos espera un escenario altamente complejo, donde existirá un alza en los commodities que generalmente se utilizan para la industria alimenticia. A ese panorama habrá que agregarle los problemas que ocasionará el alza del gas y petróleo que no solamente afectará a la cadena logística, sino que empujará a un alza generaliza en la política de subsidios, situación que sería inviable si se llegase a firmar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Dicha coyuntura, obligará al equipo económico a tener que analizar si no sería oportuno frenar y achicar la lista de planes sociales, reducir los subsidios en materia energética a nivel nacional, y frenar obras de infraestructura no prioritarias.
A este escenario, se le suman dos condimentos adicionales, desde el inicio de la guerra, Ucrania era el principal proveedor de urea y fertilizantes de la Argentina, con lo cual la imposibilidad logística de continuar con dicho abastecimiento, factiblemente tendrá un impacto en los rindes de la producción agrícola. A su vez el segundo flagelo que posee este escenario es la falta de dólares para poder sustituir proveedores que al inició de cualquier nueva relación tendrán preferencia por clientes confiables, y no es específicamente el caso de la Argentina.
Para finalizar, Argentina deberá realizar transformaciones estructurales fundamentales si no desease ingresar en una espiral hiperinflacionaria.