Mundo Urbano: Vulnerabilidades y amenazas climáticas en Iberoamérica

A menudo se dice que “…una ciudad es un sistema de sistemas”, pero el envejecimiento de la infraestructura en estos sistemas es una vulnerabilidad exacerbada por los peligros naturales y la variabilidad climática. La Evaluación Nacional del Clima de 2018 destacó que los principios actuales de gestión y planificación del agua dejan a las comunidades expuestas a más riesgos de los previstos, ya que los riesgos evolucionan con el tiempo y los peligros pueden entrelazarse y agravarse entre sí.
La guía de FEMA para los Planes de Mitigación de Peligros (HMP) aconseja a las comunidades que aborden los eventos de diseño de peligros naturales y los alienta a abordar los peligros tecnológicos y provocados por el hombre. Sin embargo, el HMP no requiere una descripción general de la infraestructura obsoleta en los análisis de peligros. Sin reconocer que la resiliencia depende de la confiabilidad, nos estamos perdiendo el punto de la definición más básica de un sistema resiliente como uno que realiza su función prevista en condiciones de referencia y puede recuperarse rápidamente, después de alguna adversidad.
Identificar las vulnerabilidades y cómo estas afectan la resiliencia de una comunidad hace posible reducir las respuestas costosas, no planificadas y reactivas para que podamos priorizar y prevenir interrupciones peligrosas, para que la vida y los negocios continúen sin interrupciones.
No obstante, es importante que los gobiernos locales de Iberoamérica comiencen a implementar algoritmos predictivos para generar evaluaciones de vulnerabilidad en sectores clave de infraestructura comunitaria, incluidos agua potable, transporte, energía, comunicaciones y saneamiento. Este enfoque innovador, debería abordar cómo la colocación de infraestructura puede ocultar las verdaderas vulnerabilidades de nuestras comunidades y las fallas en su proceso de resiliencia.